Dragones. Son los más genuinos enemigos de Dios y el hombre. Son símbolos demoniacos.
Su representación en el románico se alejan bastante de las formas que las leyendas nórdicas de siglos posteriores han hecho llegar hasta nuestros días.
El dragón románico, aunque conceptualmente es un tipo de serpiente, se muestra en el arte románico más bien como una especie de ave bípoda con cabeza perruna de grandes ojos y cuencas profundas, con orejas puntiagudas y alargadas fauces amenazantes. Su cola es de serpiente y en ocasiones en lugar de patas de ave muestra pezuñas.
Su representación en el románico se alejan bastante de las formas que las leyendas nórdicas de siglos posteriores han hecho llegar hasta nuestros días.
El dragón románico, aunque conceptualmente es un tipo de serpiente, se muestra en el arte románico más bien como una especie de ave bípoda con cabeza perruna de grandes ojos y cuencas profundas, con orejas puntiagudas y alargadas fauces amenazantes. Su cola es de serpiente y en ocasiones en lugar de patas de ave muestra pezuñas.
En otras ocasiones el dragón sustituye su cuerpo de ave por el más genuino de serpiente alada.
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